La indicación de la fecha de duración mínima en el etiquetado de los alimentos ha sido parte de un proyecto nórdico con el fin de reducir el desperdicio de los mismos. El proyecto es parte de la iniciativa de crecimiento verde, que contribuye al trabajo de economía circular. 

Se ha publicado el informe relativo al proyecto cuyo principal objetivo era mejorar el uso de la indicación de la fecha de duración mínima en el etiquetado de los alimentos, sin poner en peligro la inocuidad de los alimentos. 

 

El etiquetado de los alimentos está regulado por el Reglamento (UE) 1169/2011 sobre la información facilitada al consumidor. En él, se menciona que hay que indicar la fecha de duración mínima del alimento. En el caso de alimentos microbiológicamente muy perecederos y que por ello puedan suponer un peligro inmediato para la salud humana la fecha de duración mínima se cambiará por la fecha de caducidad.

La indicación de las fechas se realizará de la siguiente manera:

«Consumir preferentemente antes del …» cuando la fecha incluya la indicación del día.

«Consumir preferentemente antes del fin de …» en los demás casos.

En el caso de los alimentos:

Cuya duración sea inferior a tres meses, bastará con indicar el día y el mes.

Cuya duración sea superior a tres meses, pero sin sobrepasar los dieciocho meses, bastará con indicar el mes y el año.

Cuya duración sea superior a dieciocho meses, bastará con indicar el año.

 

Los controles realizados durante el estudio, dan como resultado una buena indicación de la fecha en el etiquetado. Sin embargo, también revelaron enormes variaciones en la estimación de la durabilidad de los productos refrigerados. La durabilidad dentro de cada categoría de alimentos variaba significativamente y para algunos grupos de productos había diferencias a la hora de indicar la fecha de duración mínima.

Según las orientaciones dadas, es responsabilidad de los productores hacer una evaluación sobre la calidad del producto, el proceso de producción y las características del embalaje, con el fin de que la fecha indicada en la etiqueta se ajuste al máximo a la vida útil del producto, para evitar que se desperdicien alimentos que se podrían consumir con total tranquilidad.

Además, se dan consejos a las personas consumidoras con el fin de que sepan si pueden consumir o no el alimento una vez pasada la fecha de consumo preferente (nunca la fecha de caducidad).

Conclusiones:

• La fecha de consumo preferente se debe fijar cuidadosamente y solamente aplicar la fecha de caducidad en alimentos altamente perecederos

• Se debe dar una mejor orientación a la industria alimentaria, minoristas y consumidores sobre las fechas indicadas en el etiquetado y la durabilidad de los alimentos, así como sobre el almacenamiento y la manipulación de los alimentos, que es fundamental para la durabilidad.

• Es necesario trabajar sobre una posible armonización de temperaturas para los alimentos perecederos.

• El grupo del proyecto nórdico recomienda que los huevos se regulen como cualquier otro alimento.

 

 

Food waste and date labelling –2017