Producción sostenible

La fase de producción de los alimentos tiene una afección directa sobre los principales recursos naturales que son necesarios; la tierra y el agua. La contaminación y la eutrofización de la tierra son consecuencia de la explotación intensiva. La infiltración y la escorrentía de estos contaminantes acaban tanto las aguas subterráneas como las corrientes superficiales que desembocan en los océanos.

La destrucción de bosques y hábitats de gran valor ecológico que se produce con el cambio de uso de la tierra, afecta directamente a la capacidad de absorción de CO2 del planeta, y por lo tanto, a un aumento de la temperatura global. A su vez, esa destrucción de hábitats conlleva una disminución de la biodiversidad. Ambos factores; aumento de la temperatura y disminución de biodiversidad; pueden provocar episodios explosivos provocados por plagas y enfermedades.

Emprender acciones concretas y efectivas en los procesos productivos de los alimentos se antoja necesario para revertir la situación a la que nos dirigimos, y con ese objetivo, se desarrollan las diferentes estrategias a nivel mundial, europeo, estatal y autonómico. A continuación, desgranamos las más representativas, especificando como afectan a cada tipo de producción; vegetal o animal.

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