El proyecto europeo ECOLACTIFILM, liderado por una pyme francesa pionera (Lactips), ha finalizado el pasado 30 de septiembre cumpliendo el objetivo de crear una solución innovadora y sostenible para bioenvases a base de proteínas de la leche.

Solución frente a la crisis del plástico

Dicho proyecto ha sido financiado en el marco de Horizonte 2020 con una aportación económica de la UE de 1.492.589,88 de €. Este proyecto ha sido uno de tantos europeos que persigue el fin de reducir la cantidad de residuos de plástico y mitigar los efectos del plástico en el medio ambiente.

Aplicaciones

En el mercado francés, la industria láctea ocupa el segundo lugar de la industria alimentaria total, justo después de la industria cárnica. Gracias a este proyecto, se ha puesto en el mercado una nueva industria de reciclaje de leche con una gran diversidad de aplicaciones (agentes detergentes, agroquímicos, e industria alimentaria).

Propiedades

Basados en la proteína de la leche, los gránulos termoplásticos resultantes muestran una gran variedad de propiedades tecnológicas:

  • Biodegradable: La película bioplástica desarrollada es totalmente biodegradable en 18 días y puede usarse como compost en el hogar.
  • Comestible: El bioplástico producido a base de proteínas de leche, es comestible y su uso es amplio en la industria alimentaria, sobre todo en el campo de los envases comestibles.
  • Funcional: Una de las principales aplicaciones es en los envases activos, ya que permiten conservar los alimentos durante más tiempo ralentizadon el proceso de degradación de los alimentos y mejorando su frescura, todo ello en aras a reducir el desperdicio de alimentos.
  • Barrera: La película bioplástica protege al alimento de factores externos como la humedad, la luz, la presión y el aire que aceleran la degradación. Dicha película tiene propiedades de barrera frente al oxígeno, nitrógeno, dióxido de carbono, vapor de agua y otros gases en el medio ambiente que impactan negativamente en la frescura del alimento.
  • Solubilidad: El bioplástico producido es altamente soluble en agua fría y caliente, degradándose completamente sin dejar ningún residuo en el medio ambiente, facilitando su uso en agentes de limpieza y productos químicos en la agricultura.